Recomendaciones sobre lo que debe comer un perro y lo que debe evitar

Los amantes de los perros suelen ser personas muy amables. Compartimos nuestro corazón y nuestro hogar (y, en el caso de algunos cachorros afortunados, hasta los pies de la cama) con nuestros amigos caninos. Seguro que no hay nada malo en compartir con nuestros perros nuestra comida favorita, ¿verdad? No necesariamente. Muchos alimentos, como la fruta y la verdura, que las personas digerimos bien, pueden causar estragos en el organismo de un perro y provocar graves problemas de salud.

Por otra parte, algunos de los alimentos que consumen las personas pueden introducirse sin problemas en la dieta de un perro, e incluso aportarle beneficios para la salud, como fortaleza articular, mejor aliento e inmunidad frente a las alergias. Pero antes de dar al perro alimentos que un humano puede comer, es necesario aprender qué alimentos son seguros y cuáles pueden enviar al perro directamente al veterinario.

De hecho, incluso los alimentos sanos ingeridos en exceso pueden provocar obesidad canina, uno de los principales problemas de salud de los perros. Los perros son tan populares que están en todas partes, desde camisetas a juegos de casino como los que se ofrecen en casino777 online. Por ello, es necesario cuidarlos como se merecen para que den todo el cariño del mundo.


Recomendaciones sobre lo que debe comer un perro y lo que debe evitar

Comida sana para perros

Pan: Sí, los perros pueden comer pan. Pequeñas cantidades de pan normal (sin especias y, por supuesto, sin pasas) no harán daño a un perro, pero tampoco le aportarán ningún beneficio para la salud. No tiene ningún valor nutritivo y puede ser muy rico en carbohidratos y calorías, igual que en las personas. Los panes caseros son una mejor opción que los comprados en la tienda, ya que el pan del supermercado suele contener conservantes innecesarios, pero es mejor evitarlos por completo.

Anacardos: Sí, los perros pueden comer anacardos. Los anacardos son buenos para los perros, pero sólo unos pocos cada vez. Tienen calcio, magnesio, antioxidantes y proteínas, pero aunque estos frutos secos contienen menos grasa que otros, demasiados pueden provocar un aumento de peso y otras afecciones relacionadas con la grasa. Unos pocos anacardos son un buen capricho, pero sólo si no están salados.

Queso: Sí, los perros pueden comer queso en cantidades pequeñas o moderadas. Siempre que el perro no sea intolerante a la lactosa -algo raro, pero posible en los caninos-, el queso puede ser un buen bocado. Muchos tipos de queso pueden tener un alto contenido en grasa, así que es necesario optar por variedades con menos grasa, como el requesón o la mozzarella. Muchos perros disfrutan con su propia golosina para perros hecha de queso seco. Seguro que lo disfruta más que la comida de perro clásica.

Jamón: Sí, los perros pueden comer jamón. Los perros pueden comer jamón, pero no es lo más saludable para ellos. El jamón tiene un alto contenido en sodio y grasa, por lo que, aunque compartir un trozo pequeño está bien, no debería ser un hábito continuo.

Miel: Sí, los perros pueden comer miel. La miel está repleta de innumerables nutrientes, como vitaminas A, B, C, D, E y K, potasio, calcio, magnesio, cobre y antioxidantes. Alimentar a los perros con pequeñas cantidades de miel puede ayudarles con las alergias porque introduce pequeñas cantidades de polen en su organismo, lo que refuerza su inmunidad frente a los alérgenos de su zona. Además de consumir miel, esta pasta pegajosa también puede utilizarse como tratamiento tópico para quemaduras y cortes superficiales.


Alimentos no recomendables para perros

Ajo: No, los perros no deben comer ajo. Al igual que la cebolla, el puerro y el cebollino, el ajo pertenece a la familia Allium, y es cinco veces más tóxico para los perros que el resto de las plantas Allium. El ajo puede provocar anemia en los perros, causando efectos secundarios como encías pálidas, frecuencia cardiaca elevada, debilidad y colapso. La intoxicación por ajo y cebolla puede presentar síntomas retardados, por lo que si se cree que un perro puede haber comido un poco, es necesario vigilarlo durante unos días, no justo después de consumirlos.

Helados: No, los perros no deben comer helado. Por muy refrescante que sea, el helado contiene mucho azúcar, por lo que es mejor no compartirlo con el perro. Además, algunos perros tienen intolerancia a la lactosa. Para evitar la leche por completo, se puede congelar trozos de fresas, frambuesas, manzanas y piñas para dárselos al perro como un dulce helado.

Nueces de macadamia: No, los perros nunca deben comer nueces de macadamia. Son uno de los alimentos más venenosos para los perros. Las nueces de macadamia, de la familia de las protáceas, pueden provocar vómitos, aumento de la temperatura corporal, incapacidad para caminar y letargo. Peor aún, pueden afectar al sistema nervioso.

Almendras: No, los perros no deben comer almendras. Las almendras no son necesariamente tóxicas para los perros, como las nueces de macadamia, pero pueden obstruir el esófago o incluso desgarrar la tráquea si no se mastican completamente. Las almendras saladas son especialmente peligrosas porque pueden aumentar la retención de líquidos, lo que es potencialmente mortal para los perros propensos a las enfermedades cardíacas.

Chocolate: No, los perros nunca deben comer chocolate. No es sólo una leyenda urbana. El chocolate contiene sustancias tóxicas llamadas metilxantinas, que son estimulantes que detienen el proceso metabólico del perro. Incluso un poco de chocolate, sobre todo chocolate negro, puede provocar diarrea y vómitos. Una gran cantidad puede provocar convulsiones, un funcionamiento irregular del corazón e incluso la muerte. No se debe dejar chocolate en un lugar accesible para el perro. Si el perro ingiere chocolate, es necesario ponerse en contacto con un veterinario lo antes posible.

Canela: No, los perros no deben comer canela. Aunque en realidad la canela no es tóxica para los perros, probablemente sea mejor evitarla. La canela y sus aceites pueden irritar el interior de la boca de los perros y hacer que se sientan incómodos y enfermos. Puede bajar demasiado el nivel de azúcar en sangre del perro y provocar diarrea, vómitos, aumento o disminución del ritmo cardíaco e incluso enfermedades hepáticas. Si la inhalan en forma de polvo, la canela puede causar dificultad para respirar, tos y asfixia.